Artìculo de Material Didàctico




En sentido amplio, es todo objeto que pueda utilizarse para enseñar o aprender. No debe confundirse con material escolar, término que comprendiendo el de material didàctico abarca también el mobiliario, las instalaciones, etc. Algunos autores, al hablar del Material Didàctico, parecen referirse únicamente a algo manipulable. Aquí haremos referencia a un campo más amplio, desde el juguete didáctico al libro de texto, desde el encerado a los medios audiovisuales.
Históricamente, han sido extensas las
polémicas en torno al m. d.; hoy, los detractores, si acaso, combaten tan sólo ciertos aspectos, tales como el artificialismo, p. ej., de M. Montessori (v.). Es indudable que cualquier tipo de m. d., particularmente los medios audiovisuales, como cine y TV, posee un enorme atractivo sobre la atención (v.) infantil, siempre ávida de imágenes y sonidos. Con frecuencia, nada puede sustituir al propio objeto o su representación: tal es el caso de la Geografía, las Ciencias naturales, la Geometría. Esta facilidad de captación no exime, sin embargo, de la posterior sistematización, en que se conceptualiza lo intuido, y se memorizan las claves de lo estudiado. Es decir, el m. d. no puede en absoluto considerarse como un fin en sí mismo.
Es un medio a veces imprescindible, siempre útil y complementario de
cuanto el docente pueda transmitir verbalmente a un alumno. Pero hay que prevenir contra el abuso optimista de quienes pretenden que el material Didàctico (máquinas de enseñar, programación de fichas individuales, etc.) permite la radical autoeducación (v.), ya que, si bien ayuda y aun suplanta al docente en las tareas informativas, de mera instrucción, no puede realizar la auténtica labor formativa, interpersonal. Y si, de algún modo lo hace, no es el m. d. (libro, película) el impulsor de esa educación integral, sino un ser humano, el docente que los pensó.
Desde el punto de vista del maestro, Navarro y Mallas distinguen entre medios subordinados a éste (elementos plásticos, proyección fija, grabación sonora) y subordinantes (cine, radio y TV). A pesar del aparente hermetismo de estos últimos, su utilización permite muchas posibilidades: desde la selección del m. y la introducción o toma de actitudes, hasta el comentario posterior o sobre la marcha.
Clasificación del material didáctico. Fuentes de experiencia. Es el criterio de mayor amplitud, ya que considera que, en realidad, todo cuanto acontece a, y en torno a, un ser humano está influyendo en su formación. Este es el criterio de J. Costa (v.), cuando señala «que todo el territorio debe ser escuela mientras no pueda serlo todo el planeta». Está en la línea de las «lecciones de cosas».
Con respecto a algunos tipos de material didactico o bien recursos didàcticos se enncuentran las Fuentes impresas. Fundamentalmente el libro: de texto, de consulta (diccionarios, enciclopedias, etc.), de lectura y ampliación; también las revistas (de información, especializadas, comics), la prensa. Hasta hace muy poco tiempo el libro de texto, por lo general una rudimentaria enciclopedia, junto a los cuadernos, lápices, tiza y encerado, eran el único m. d. de que las escuelas disponían.

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